domingo, 26 de febrero de 2012

Pastel de arroz

¡¡Madre mía qué pintaca!!

Hace poco estuve unos días por Bilbao y volví a deleitarme con una de esas especialidades de allí que hacía tanto que no había vuelto a comer: los pasteles de arroz. Me he estado preguntando si realmente se hacen con arroz, la respuesta es no, de hecho, al parecer, el nombre podría venir del hecho de que antes se hicieran con harina de arroz (ahora casi todos se hacen con harina de maiz) Y como conseguí hacerme con una receta muy sencilla, no dudé en lanzarme a la aventura y comprobar si podría saborear esos pasteles en cualquier sitio. Bien, creo que lo he conseguido... A continuación os pongo la receta de un pastel grande pensado para 6 o 8 personas.

Ingredientes:

  • 3/4 l. de leche
  • 120 gr. de harina de repostería
  • 125 gr. de azúcar
  • 125 gr. de mantequilla
  • 3 huevos
  • 1 palito de canela en rama
  • Cáscara de 1 limón
  • 1 base de pasta quebrada

Preparación:

Lo primero, echamos la harina y el azúcar en un bol y lo mezclamos muy bien. Después, batimos los huevos en un plato aparte y los agregamos al bol con la harina y el azúcar, movemos bien intentando que no queden demasiados grumos. Reservar. 
Por otro lado, calentamos la leche junto con la mantequilla, la piel del limón y la canela, dejamos que cueza un poco y se aromatice. Pasados unos minutos, apagamos el fuego, retiramos la cáscara y la canela, y añadimos la mezcla que teníamos preparada mientras movemos bien. Irá espesando poco a poco.
Coger un molde para horno de unos 30 cm de diámetro y 5 cm de alto, forrarlo con la pasta quebrada y pinchar varias veces sobre la masa para que no suba. Nota: yo he utilizado el papel para horno que venía junto a la masa para que ésta no se me quedara pegada al molde, pero si no tenéis este papel, engrasar previamente el molde con un poco de mantequilla y espolvorear harina antes de colocar la masa.
Echamos la mezcla en el molde y lo metemos en el horno precalentado a 180º hasta que la mezcla cuaje y esté dorada. Lo interesante es que la parte de arriba quede un pelín tostadita (sin pasarse). Cuando creamos que está listo, pincharemos con un palo fino o con un tenedor y éste tendrá que salir limpio.
Dejamos enfriar, desmoldamos y ¡listo! A ver si alguien se atreve a hacerlo y me cuenta qué le parece...

No hay comentarios:

Publicar un comentario